Cuando era pequeño debo decir que estaba completamente enfocado en mis juguetes y dinosaurios por lo que no me importaba nada más en la escuela. Una de las cosas que me aburría más que todo era aprender idiomas, así que debo admitir que hacía trampa durante mis evaluaciones ya que tenía a un amigo con familia bilingüe que me ayudaba muchísimo en clases.

Mi mamá siempre me reñía acerca de aprender idiomas ya que decía que en el futuro iba a necesitarlos y yo al ser un crío de apenas 7 años sentía que no necesitaba ese discurso y por supuesto no podía entender la magnitud de las palabras de mi madre.

Una tarde al llegar de la escuela ella entra muy contenta diciéndome que tenemos que conocer a los nuevos vecinos, resulta que se acababan de mudar de Inglaterra y tenían a una niña pequeña aproximadamente de mi edad, cuando estuvimos frente a la puerta de su casa para llevarles un pastel me di cuenta de que tenía un dinosaurio de juguete muy similar al mío, de inmediato me interesé en esa niña y quería que fuera mi amiga.

Por supuesto, le hablé sobre este dinosaurio y de algunas curiosidades que había aprendido de este, pero ella me miró de manera extraña y no respondió.

Más tarde mi mamá me explicó que solo hablaba inglés por lo que era difícil para ella comunicarse conmigo, al final esta conversación se convirtió en una especie de motivación para aprender idiomas. Lo único que se quedó grabado en mi mente es que por las tardes podía jugar en el jardín con esta niña.

Estaba muy emocionado porque llegar a la tarde y encontrarme con ella y sus dinosaurios y aunque no me entendía nada ella me miraba con mucha gracia y sonreía con todo lo que le decía, pensé que eras por la emoción de saber más de los dinosaurios, aunque no me entendiera.

Luego de unas semanas ella se veía nerviosa y comenzó a darme un discurso con uno de sus dinosaurios entre hermanos, al final me lo acercó y yo asumí que me estaba dando un regalo por lo que me fui con este a mi casa.

Al día siguiente la niña llegó con un corazón de papel y una gran sonrisa y se pueden imaginar cómo se sentiría un niño pequeño al recibir esas cosas de una chica me indigné y me molesté y no quise salirme a jugar con ella.

Más tarde mi mamá intentó explicarme lo que sucedió, pero no dejaba de sonreír.

Resulta que esta niña me había pedido matrimonio o algo así en inglés y como la única palabra que había venido a mi mente fue “yes” ella estaba muy emocionada por mi respuesta.

Desde ese momento decidí que era importante hablar inglés por lo que me enfoqué un poco más en mis clases, no era lo que esperaba, pero definitivamente era lo que mi mamá quería.