Una amiga asistió a una fiesta de disfraces por insistencia de su mejor amigo, es decir, a ella realmente no le llama la atención estas reuniones, pero en este caso la temática era caricaturas de los años 90 lo que hizo que se animara enormemente para crear su disfraz de uno de su personaje favoritos durante toda su infancia que era Kim Possible.

Recuerdo que la acompañé a comprar los atuendos ideales para recrear a la perfección el look de esta pelirroja. La cuestión es que llegó el día de la fiesta y su amigo había elegido un disfraz de Johnny Bravo, a pesar de ser bastante estándar cumplía a la perfección su trabajo cosa que a ella le sorprendió.

Es importante destacar que la relación entre ambos era de mucha confianza ya que crecieron como vecinos y estuvieron juntos en cada una de las etapas de su vida, pero no estaban interesado de forma romántica ni mucho menos, su relación más bien se acercaba a una de un par de hermanos que se llevan realmente bien y se hacen bromas en todo momento.

Esa noche asistieron a la fiesta y todo transcurrió con total normalidad, pero ambos pudieron notar que a la mayoría de los hombres de la fiesta se les ocurrió disfrazarse de lo mismo, por lo que había por lo menos media docena de Johnny Bravo en el lugar, esto le causó risa a ambos quienes estuvieron bromeando durante toda la noche sobre esto.

Resulta que una vez que comenzaron a tomarse unos tragos se metieron más en el personaje y el chico hacía las cosas típicas de este personaje diciendo también las frases más comunes.

Por otro lado, ella actuaba como una especie de espía que se escondía en todos los rincones y se encargaba de asustarlo, empujarlo o susurrarle cosas al oído para que este se sorprendiera, diciendo que realmente tenía habilidades como agente secreta.

El lugar se llenó bastante rápido por lo que en el momento en que la chica decidió ir al tocador, sus amigos se vieron obligados a cambiar su lugar por lo que estaban ahora en una nueva ubicación y el plan era encontrarse con ella es la salida del baño para avisarle de este cambio.

Ella salió tranquilamente y vio que su amigo estaba parado en la mesa de siempre por lo que decidió llegar de manera sigilosa y le dio una gran nalgada.

Ella comenzó a reír, pero su sonrisa se borró por completo cuando este chico se volteó y se dio cuenta de que no se trataba de su amigo, sino de uno de sus compañeros antiguos de clase al cual se le había confesado o algunos años atrás.

El chico al reconocerla no hizo más que reír, al igual que todos los que estaban con él. Desde ese momento y cada vez que la encuentra, se cubre le trasero como tratando de protegerse de la chica y de las nalgadas que ella da.